El ejercicio regular, clave para una vida más larga y un cerebro más sano

Ejercicio físico: cada minuto de actividad puede sumar cinco minutos de vida
El sedentarismo, un riesgo comparable a la hipertensión o la diabetes

Practicar ejercicio físico de forma regular no solo aporta beneficios visibles a nivel corporal, sino que influye directamente en la salud cerebral y en la longevidad. Según datos recientes, por cada minuto de actividad física, se ganan cinco minutos adicionales de vida. Esto implica que un año de ejercicio sostenido equivale a cinco años de vida añadida, en términos de beneficios acumulativos.

El sedentarismo, por el contrario, se perfila como un factor de riesgo al mismo nivel que enfermedades como la hipertensión o la diabetes. No realizar actividad física no es simplemente una opción de estilo de vida: representa un riesgo claro para la salud general.

Sin embargo, las estadísticas muestran una baja adherencia al ejercicio en la población. Solo un 30 % de los adultos jóvenes realiza actividad física de forma habitual. Peor aún, 4 de cada 10 personas en este grupo no hacen ningún tipo de ejercicio, permaneciendo completamente sedentarias. Esta tendencia se acentúa con la edad: en mayores de 75 años, menos del 10 % mantiene una rutina activa.

Más allá del aspecto físico, el ejercicio tiene un impacto directo en el cerebro. Aunque es común asociarlo con mejoras físicas visibles, sus beneficios neurológicos son igualmente notables. Durante la actividad física, las células óseas se activan y liberan una sustancia conocida como osteocalcina. Esta, a su vez, estimula la producción de un factor neurotrófico en el cerebro, que favorece el desarrollo de áreas clave como la memoria y la cognición.

La osteocalcina también activa una proteína específica relacionada con los receptores G, lo que contribuye al aumento del volumen cerebral y a una mejor función del sistema inmune. Así, quienes mantienen una rutina de ejercicio tienen menos probabilidades de enfermarse y envejecen con mejor calidad de vida.

Además, el deterioro muscular con la edad es significativo. A los 50 años, se ha perdido aproximadamente un 10 % de la masa muscular, cifra que asciende al 40 % a los 70 años. Este proceso natural se puede ralentizar con una práctica regular de ejercicio físico.

En resumen, el ejercicio no es solo una herramienta para mejorar la estética o el rendimiento físico, sino un componente esencial para mantener la salud integral y la longevidad.

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