El azúcar y sus efectos adictivos: una droga legal presente en productos "saludables"

El azúcar y sus efectos adictivos: una droga legal presente en productos "saludables"
El azúcar y sus efectos adictivos: una droga legal presente en productos "saludables"

Aunque ampliamente aceptado y presente en la mayoría de los productos procesados, el azúcar refinado despierta cada vez más preocupación entre profesionales de la salud, psicólogos y expertos en nutrición. Lejos de ser un simple endulzante cotidiano, diversos estudios señalan que el azúcar puede activar los mismos circuitos cerebrales que drogas altamente adictivas como la cocaína.

Esta sustancia, completamente legal y socialmente promovida, está presente incluso en productos etiquetados como saludables. Su consumo regular afecta el sistema nervioso, altera los niveles de energía y eleva el cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Esta combinación no solo impacta la salud física, sino también la emocional y mental de millones de personas.

Para muchos, el consumo de azúcar se ha convertido en una respuesta habitual ante la ansiedad o el cansancio. Esta relación genera un ciclo de dependencia difícil de romper. El sentimiento de culpa posterior al consumo suele interpretarse como falta de fuerza de voluntad, cuando en realidad se trata de una respuesta neuroquímica y emocional condicionada por un entorno alimentario hiperindustrializado.

El verdadero problema no reside en la debilidad individual, sino en un sistema que, según diversos expertos, se beneficia económicamente de mantener a la población en un estado constante de desregulación fisiológica y emocional. La presencia generalizada del azúcar en supermercados —incluso en alimentos que se promocionan como saludables— pone en evidencia un modelo de consumo diseñado más para el beneficio comercial que para la salud colectiva.

Además del azúcar, otras sustancias como el alcohol también forman parte de esta categoría de drogas legales disfrazadas de consumo socialmente aceptado. Ambas comparten características adictivas, efectos perjudiciales sobre el cuerpo y la mente, y una fuerte presencia en la vida cotidiana.

Este fenómeno plantea la necesidad urgente de una mayor educación alimentaria, una regulación más estricta del etiquetado de productos y una reflexión profunda sobre los hábitos de consumo. Cuestionar la relación personal con el azúcar es un primer paso hacia una vida más consciente y saludable.

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