Riesgos reales de compartir fotos de niños en redes sociales y cómo proteger su privacidad

Riesgos reales de compartir fotos de niños en redes sociales y cómo proteger su privacidad
Riesgos reales de compartir fotos de niños en redes sociales y cómo proteger su privacidad

La exposición de menores en redes sociales se ha convertido en una práctica común entre madres, padres y cuidadores que, muchas veces sin mala intención, comparten imágenes cotidianas como celebraciones de cumpleaños, momentos en la piscina o paseos familiares. Sin embargo, expertos advierten de los riesgos reales que supone esta costumbre en la era digital, especialmente ante el crecimiento del uso de plataformas como Telegram y el avance de la inteligencia artificial.

Aunque habitualmente se asocia la difusión ilícita de contenido sensible con la llamada dark web, lo cierto es que no es necesario adentrarse en entornos tan ocultos. Según se ha denunciado públicamente, grupos activos en Telegram recopilan y comparten imágenes de menores que han sido extraídas directamente de los perfiles personales de sus padres. Incluso aunque estas fotos puedan parecer inocuas, como una imagen de un niño jugando en la playa, pueden ser utilizadas de forma inapropiada.

Uno de los métodos utilizados para "proteger" a los menores en las fotos consiste en cubrirles los ojos, algo que puede ofrecer una falsa sensación de seguridad. Con los avances actuales en inteligencia artificial, los sistemas pueden recrear rostros y cuerpos con solo tener una parte del cuerpo visible. Por tanto, tapar los ojos no es una solución definitiva, sino apenas un paliativo ante una amenaza mucho más compleja.

Otro aspecto clave que genera dudas es el uso de cuentas privadas en redes sociales. Aunque en teoría ofrecen un mayor nivel de privacidad, la eficacia de esta medida depende totalmente de quiénes son los seguidores aprobados. Aceptar a personas desconocidas en una cuenta privada tiene el mismo riesgo que mantener una cuenta pública. Además, conviene recordar que cualquier contenido subido a internet deja una huella digital permanente.

La posibilidad de enviar fotos efímeras por WhatsApp también se ha planteado como alternativa. Si bien es cierto que estas imágenes desaparecen tras su visualización y no pueden ser capturadas directamente desde la app, nada impide que se tomen fotografías con otro dispositivo mientras la imagen está visible en pantalla.

La concienciación sobre los riesgos de compartir imágenes de menores es una tarea urgente. En una sociedad cada vez más conectada, la educación digital y la protección de la privacidad deben ocupar un lugar prioritario tanto en el entorno familiar como en el tecnológico.

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