El error de dejar que un smartphone eduque a nuestros hijos

El error de dejar que un smartphone eduque a nuestros hijos

Ya en los 80, recuerdo que se decía que era una barbaridad dejar que los niños sean educados por un televisor, hoy, mamás y papás, quedad tranquilos que eso no pasa, porque la televisión ha perdido casi por completo la hegemonía del entretenimiento en nuestros hogares, cediéndola a dispositivos digitales como teléfonos móviles o smartphones, tablets u ordenadores portátiles.

Yo recuedo de mi niñez cómo los sábados por la tarde para ver las aventuras de un felino Willy Fog, tras el informativo, o los viernes en la noche bajo aquella melodía pegadiza "Un, dos, tres...", nos sentábamos toda la familia a ver la tele. Hoy, la situación es bien distinta, mientras los padres, o madres, ven una serie en su plataforma favorita, o chateando por mensajería con amigos o familia, el pequeñín le ponen un canal de dibujos y los hijos mayores pegados a su móvil consumiendo contenidos de redes como Instagram o TikTok, entre otras. Puede parecer algo bueno, pues las y los chavales están tranquilos y no molestan, pero la gran diferencia es que esas plataformas son interactivas, frente a un canal de televisión que puede buscarse con un contenido preparado, las redes ofrecen contenido digital de forma interactiva, de tal forma que puede seleccionar el propio usuario qué cosas ver o no, haciendo que los algoritmos de búsqueda se adapten. Pese a la existencia de filtros, un vídeo enviado por mensajería, o un contenido inadecuado mostrado por error, pueden ser desencadenantes de conductas y trastornos posteriores si no hay una supervisión en su uso. Esto no significa estar como guardias con los dispositivos de nuestros hijos, pero sí saber qué hacen con estos dispositivos, limitando sus horas de uso y acompañando en las mismas al menor. Evidentemente, esto es complicado, pero nadie ha dicho que ser padre o madre sea fácil, aunque sí muy gratificante.

Otro detalle importante son los hábitos, crear hábitos sedentarios y apegados a la tecnología cuando son menores, puede derivar en mantener o agravar estos hábitos en su edad adulta, por lo que siempre es mejor, mantener una dinámicas conjuntas y activas en el núcleo familiar.

Para concluir, es importante entender que la tecnología es un compañero de viaje en nuestra vida, pero no un sustitutivo de otros aspectos, como las relaciones sociales, o las actividades saludables. No hay que tenerle miedo a la tecnología, pero sí respeto y sobre todo conocimiento.

J. Sastre
Téc. Sup. Adm. Sistemas Informáticos.

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