![]() |
Contaminantes en el hogar moderno: el impacto silencioso de los plásticos y resinas en nuestra vida diaria |
El Dr. Nicolás Olea, catedrático de Radiología y Medicina Física en la Universidad de Granada, lidera un grupo multidisciplinar centrado en el estudio de la relación entre el medioambiente y la salud humana, especialmente en el impacto de los disruptores endocrinos y su posible vínculo con enfermedades como el cáncer.
El Dr. Olea ha alertado sobre la transformación radical que ha sufrido el entorno en el que se desarrolla la vida humana, especialmente desde el siglo XX con la masiva incorporación de productos derivados del petróleo. Esta transición, según el experto, ha tenido un profundo impacto en nuestra exposición cotidiana a sustancias químicas potencialmente peligrosas.
El caso de la Generación Z, nacida a partir del año 2000, ejemplifica esta nueva realidad. Según Olea, los hogares actuales han sustituido los materiales naturales tradicionales —como piedra, cristal o madera— por alternativas sintéticas derivadas del petróleo. Suelos de PVC con ftalatos, muebles de melamina, cortinas de poliéster y paredes con resinas epoxi forman parte del entorno habitual. “Estamos rodeados. Absolutamente”, afirma.
Esta transformación del hábitat humano implica, también, un cambio en los niveles de exposición a compuestos químicos. Olea destaca que estos materiales no solo están presentes en el ambiente doméstico, sino que forman parte integral de nuestra vida diaria. Y según datos de la Unión Europea, el consumo de plásticos sigue en aumento, sin visos de estabilización a corto plazo.
Una de las herramientas clave para estudiar esta problemática es la biomonitorización, una técnica que permite medir la presencia de sustancias químicas en el cuerpo humano, a través del análisis de sangre, orina, cabello o uñas. Estos estudios, realizados a nivel europeo, han revelado una exposición generalizada a contaminantes. Lo más alarmante es que estas concentraciones no corresponden a exposiciones laborales, sino que afectan a la población general, en su vida cotidiana.
“El hallazgo es claro: estamos expuestos a concentraciones alarmantemente altas de contaminantes químicos, sin que haya una fuente profesional evidente”, concluye el Dr. Olea.
La advertencia invita a reflexionar sobre el modelo de producción y consumo actual, así como la necesidad de políticas públicas más estrictas en la regulación de materiales y productos de uso cotidiano, con el fin de reducir la carga química nociva a la que estamos sometidos.
Adiós a Windows 10: obsolescencia forzada, impacto ambiental y dependencia…
¿Cuántas nueces de Brasil comer al día? Claves para aprovechar su selenio …
Protección de datos: así puedes evitar que rastreen tu matrícula con la le…
Publicar un comentario
0 Comentarios